Ana santos (España) .- Después de dos semanas inmersa en la semana del emprendedor y un curso de inversores, ha sido imposible no echar la vista atrás y recordar un poco mi camino. Un camino que no ha sido ni fácil ni bonito y que me permito el lujo de guardar en mi memoria y no borrarlo por si acaso los buenos resultados de Eventosfera y de otros proyectos me hacen perder el norte.
Puedo hablar de fracaso en primera persona. De ésos que te dejan sin un euro, con trabajadores en la calle, con deudas y con el estigma de ser una fracasada. El que diga que es fácil pasar por éso y que se acaba olvidadando,miente. Pero es verdad que también aprendes.Ya sé que suena a tópico pero el tiempo pone las cosas en su sitio y te das cuenta de que los fracasos de ayer son lecciones aprendidas para mañana.
Lo primero que aprendí fue a ser más astuta, peor persona (has leído bien) y también más lista porque hay situaciones que se encargan de sacar lo peor de ti. Así de claro, el miedo tiene dos etapas, la que te hunde en el sofá y la que te hace volcar todas las energías en sobrevivir. Si algo te enseña un fracaso es a mostrarte tu instinto de supervivencia. Y éso te hace más fuerte.
Nadie puede vivir la vida de otro, por mucho que le quiera, por muy comprensivo que sea o por mucho que se ponga en su lugar.Lo aprendido es singular, propio de cada uno. Ése es mi punto de partida, nada de lo que yo cuente aquí tiene que ser así,solo es mi experiencia en diferentes emprendizajes y en un fracaso, pero si se acerca o se asemeja, puede que te sirva como referencia.
”Tú no lo sabes todo de tu negocio”.
Si has dado el gran paso de hacer de tu idea un negocio ten los ojos bien abiertos y escucha cómo perciben esa idea. No te cierres en banda en tu “modelo de negocio”, es casi seguro que por el camino esa idea cambie, se transforme y salgan oportunidades que no habías contemplado. Recuerda siempre que no es tu idea,ni la de tus inversores ni la de tus socios,sino la adaptación que esa idea tiene en el mercado, él es el que manda.
“Si buscas un banco amigo, elige el de sentarte”.
Nunca jamás hagas depender tu negocio de un banco en un porcentaje elevado. No hay ninguno bueno. Y tampoco nunca equivoques términos: ser amigo del director, no es ser el amigo del banco. Las personas en las entidades bancarias son rotatorias, hoy están aquí y mañana no pero lo que siempre va a estar ahí es tu deuda con ellos. Si de verdad tienes un amigo en una entidad bancaria, no te va a aconsejar que avales con tu patrimonio personal, si lo hace, lo único que hace es cubrir sus objetivos y lo hace bien, porque es su trabajo.
Aquí voy a ser muy clara, orquesta tu empresa de manera que tu espalda quede cubierta, si alguien tiene que perder, que pierda el grande. La mejor inversión es un buen asesor y si se da el caso un abogado mercantilista que te aconseje antes de meterte en una embarcada de la que puedes salir mal parado por fiarte de quién no debes. Nunca emprendas pensando en fracasar pero si fracasas que no sea porque esa posibilidad no la habías ‘aprehendido’.
Mi consejo es que ahorres lo suficiente (y te multipliques) antes de crear tu empresa para poder sobrevivir el tiempo suficiente sin cobrar de ella o cobrando poco, trabajando pero sin depender de terceros y menos de bancos, recuerda que es tu proyecto, es tu riesgo y es tu dinero el primero que tiene que jugar la partida.
Si tienes un inversor en tu proyecto, algo seguro estás haciendo bien pero toma al inversor por lo que es, ni colega,ni amigo, ni paño de lágrimas, ni coach. Es un inversor y punto y por supuesto,si lo tienes, no te relajes.
“El ojo del amo engorda el caballo”
Es muy difícil encontrar trabajadores que hagan de tu proyecto el suyo, aunque también los hay, pero la tendencia general es ver al empresario como esa persona que te ha contratado y que se lucra de tu trabajo. Más que la mili, lo que debería haber sido obligatorio es ser un año empresario.Que tu empresa no dependa exclusivamente del trabajo de los demás, el primero que tienes que trabajar, apechugar y sacrificar eres tú.
Tú eres tu empresa, 24 horas al día y 365 días al año. Tu imagen es la suya, la marca de esa empresa es como un hijo, depende de la educación que le des y la atención que le prestes, crecerá de una manera o de otra. Y no te obceques en convertirte en lo que no eres: no todo el mundo vale para liderar, mover equipos, vender y además producir. Haz lo que sepas hacer bien.
“No todas las historias de emprendedores son iguales”.
No es lo mismo emprender cuando tienes un soporte familiar detrás que cuando te tienes que ‘sacarte las castañas del fuego’ tú solo. Hay emprendedores de éxito, a los que no resto méritos pero que lo han tenido muy fácil porque detrás tenían el soporte económico de su familia. No es lo mismo emprender cuando alguien te respalda que cuando partes de cero. Y lo digo porque en mi caso, la primera vez que monté un negocio lo hice con la tranquilidad de que si algo iba mal “papá” me iba a cubrir. Trece años después, sin ‘papá’ y dependiendo solo de mi trabajo, las cosas tuve que afrontarlas de diferente manera y no todo fue tan fácil.
“Hipoteca tu vida pero no la de los demás”.
Si algo se hipoteca siendo emprendedor es tu vida y si algo no debes hacer es hipotecar la de los que tienes cerca por tu proyecto. Cuando una empresa va bien, el beneficio lo disfrutarán todos pero si va mal, solo debe irte mal a ti. Por dos razones, una porque es tu idea, no la de ellos y la segunda, porque es posible que se vuelva contra ti y entonces no tendrás un problema, tendrás dos. Cuando las cosas van bien es muy fácil apoyar, cuando van mal,puede que el peor lado de las personas presionados por al situación salga a relucir, aunque sean las más cercanas y éso te dolerá más que tu propio fracaso.
Separación de bienes,contratos privados, disolución del condominio.. Haz todo lo que sea para que un posible fracaso no afecte a terceros.
“Llorando no sales del RAI”.
El que cuente que del fracaso no sales tocado sino solo aprendido, es que es más falso que las monedas de chocolate.
He vivido muy de cerca estar en listas de invitados glamurosas como RAI,ASNEF o moras bancarias pero de ellas no sales lamentándote, sino trabajando… ¿Y por qué no..? Volviendo a emprender. Por muchas veces que andes un mismo camino no vas a dar nunca los mismos pasos, si hay una baldosa rota y has tropezado con ella, en el siguiente paseo la evitarás. Ya, ya sé…. “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra” pero os aseguro que hay piedras que tras un fracaso no vuelves a tropezar “ni a tiros”.
“Haz de tu fracaso tu propia experiencia.”
No le eches la culpa a nadie de tu fracaso y si lo haces porque hay un motivo, utiliza las herramientas legales que tienes a tu alcance y demuéstralo.. A mi me sirvió, la justicia me dio la razón y aunque el mal ya estaba hecho, la seguridad personal es otra. Así que antes de ‘echar balones fuera’, demuestra primero que la portería es demasiado pequeña.
Y si no es tu caso, si ha sido un error,el tuyo o un cúmulo de ellos… ¿Qué? Piensa que has tenido “un par” de poner todo eso en marcha, pocos lo hacen, busca el lado positivo, recuerda el mérito, has sido capaz… ¿Qué de qué sirve éso…? Pues tienes toda la razón,en ese momento, de nada. Es así, un fracaso es como la pérdida de alguien, pasas todas las fases:
- La negación: “Ésto no me puede pasar a mi..”
- Ira: “¿Cómo he podido ser tan gilipollas?”
- Negociación: “No soy tan tonto.. ¿Qué ha pasado?, ¿Cómo no lo he sabido evitar?”
- Depresión: “Ésto es lo que me espera y no puedo con ello. Lo he perdido todo.. Así no puedo vivir o qué va a ser de mi vida, son frases muy habituales..”
- Aceptación: Ha pasado, lo he hecho mal, las circunstancias me han llevado a ésto… ¿Qué tengo que hacer para salir?: Trabajar, reinventarte. Siento si te esperabas otra respuesta pero a menos que no te toque la lotería o cobres una herencia, buscar un trabajo o volver a a montar algo, es la única salida. Y por cierto, si hay que volver a trabajar por cuenta ajena, se vuelve y punto, lo importante es sobrevivir, no los méritos de ser emprendedor.
No olvides que la vida conforma el equilibrio de muchos planos y cuando uno falla, el otro se alza. Intenta separar siempre el plano personal del profesional, aliméntate de los éxitos de cada uno pero divorcia los fracasos. Lo importante es tener a alguien cerca que te quiera y que te recuerde que no has nacido solo para trabajar, ni para ganar ni para destacar. Puede que tu proyecto se haya ido a pique pero piensa que quizás tú seas el proyecto de alguien que ve en ti más que el fracaso que crees representar ahora.¿Tampoco? Pide ayuda, habla con un psicólogo, con un psiquiatra, con quien sea que de verdad le importes pero sácalo.. No te avergüences. El silencio amargo es un cáncer.
Y sí, cuando todo vaya pasando, cuando rehagas tu vida, cuando vayas dando pasos en firme que te vuelvan a situar en el camino correcto, aléjate de quién te juzga por ese fracaso, no permitas que te etiqueten, ríete de quiénes se creen más listos que tú por no haber arriesgado y sobre todo, fíate de quiénes conociendo ese anecdótico pasado, están ahora en tu presente y quieren formar parte de tu futuro: ésos no serán importantes en tu vida porque creen en ti sino porque tienen la gran virtud de creer en sí mismos.
Y por cierto..
- Nunca he trabajado por cuenta ajena, he montado 3 empresas, heredado otra y fracasado en una de ellas.
- Me arruiné con 35 años, tardé dos en recuperarme medianamente volviendo a trabajar en silencio desde el primer día donde había estado siempre, donde estoy ahora, delante de una pantalla.
- He pasado dos veces por un psiquiatra, con 22 años por perder a mi pareja en un accidente de coche y con 31 por perder a mi padre y ponerme al frente de un negocio familiar que poco tenía que ver conmigo, todo en 9 meses.Y nunca me he sentido más cuerda que en cualquiera de esos dos momentos, solo necesitaba ayuda.
- Tenía 5 personas que además de amigos eran de plena confianza, tres me fallaron, dos conservo y otro he descubierto por el camino.Y puedo sumar alguno más que lleva camino de ello, la vida nunca deja de sorprenderte gratamente en este sentido.
- No me creo más que nadie y sigo teniendo mis horas bajas, sobre todo porque el pasado se encarga de arrastrase hasta el presente, no todo se soluciona por reinventarse o porque otro negocio te vaya bien pero he aprendido con poco a estar orgullosa de mi misma,que no a conformarme pero es lo que me permite levantarme y ponerme a trabajar todos los días.
- Eventosfera es fruto de una ilusión pero sobre todo es consecuencia de ese fracaso, Gastrosfera lo es de alguien que creyó en mi y en mi proyecto y a quién le debo mucho por ser incondicional. La continuidad a esa ilusión la dan proyectos que van naciendo alrededor como Sportsfera y lo que venga… Que vendrá. Porque pese a todo lo pasado, mi fracaso no consiguió acabar con nuevas ideas ni con las ganas de vivir, de trabajar y sobre todo de confiar en las personas.