La organización ambientalista Greenpeace considera prematuro que el Gobierno mexicano dé por terminada la limpieza del río Coatzacoalcos tras el derrame petrolero sufrido hace 3 semanas y demanda la realización de estudios del agua, suelo y de impactos al medio ambiente.
Advierte que la recuperación del crudo y la limpieza del área afectada es sólo parte del proceso para garantizar la seguridad del ecosistema, por lo que se deben tomar muestras en tierra, agua y sedimentos para evaluar los daños.
Lamentan que tras el accidente la Secretaría de Medio Ambiente, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y PEMEX se hayan apresurado a decir que la zona está prácticamente limpia ya que no sólo se trata de retirar el hidrocarburo.
Advierten que los impactos ambientales podrían tardar años en desaparecer y sus efectos se prolongarían por varias décadas.
Greenpeace enfatizó la necesidad de realizar muestreo de hidrocarburos para conocer si se rebasaron los límites máximos permitidos así como establecer procesos de remediación y restauración del sitio para garantizar la calidad del agua para beneficio de la biodiversidad de este ecosistema.
Los ambientalistas piden a petróleos mexicanos hacerse responsable de los graves impactos económicos, sociales y ambientales que deja su actividad en la zona del Golfo de México por lo que piden analizar el riesgo que representan los proyectos de explotación petrolera en aguas profundas, ya que lo ocurrido en Coatzacoalcos demuestra que la paraestatal no está preparada para prevenir, actuar o remediar este tipo de desastres.
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