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Historia de un petardo

Francisco Garfias

La “bomba” que el PRI iba a soltar ayer en la Cámara de Diputados en contra de La Cocoa resultó un auténtico petardo. Se les hizo bolas el engrudo. Querían documentar la intervención del delegado de la Sagarpa, Esteban Cruzaley, a favor de la candidata del PAN a la gubernatura de Michoacán, Luisa María Calderón.

Pero el encargado de la audaz tarea de “documentar” el uso de recursos federales para beneficiar a la hermana del Presidente de la República presentó en tribuna un “video” —que en realidad era sólo un audio— y como tal lo entregó a Emilio Chuayffet, presidente de la Mesa Directiva. Pequeña diferencia.

 Fue un desaseado menjurje. Jaime Cárdenas, diputado del PT, fue el primero en hablar en el pleno cameral de la existencia del “video”. El disco con la grabación se lo había entregado, previamente, Ricardo Sánchez Gálvez, un panista que se pasó al PRI. De toda evidencia, no lo había revisado. “Entendí que era un video. No un audio”, admitió.

Peor aún. Heliodoro Cárdenas, el priista, se encargó de subir las pruebas a tribuna y también convirtió el audio en “video”. Según él, no dejaba dudas de la decisión de Felipe de imponer a su hermana como gobernadora. “No ha escatimado el uso electoral de los recursos públicos”, sostuvo el oaxaqueño.

Tampoco revisó el DVD.

 El pandero lo traían los priistas. Habían preparado “con sumo cuidado” el golpe contra Luisa María. En San Lázaro se repartieron versiones escritas del contenido del audio que fue grabado, afirman, en una reunión de panistas en Apatzingán.

Las voces que se escuchan las identifican como las de Cruzaley; Rigoberto Peláez Mendoza, candidato a la alcaldía de Michoacán, y “un tercero” que no se sabe quién es.

Doce cuartillas en total.

En la hoja uno identifican a Peláez Mendoza como el que revela la existencia de paquetes de vivienda para repartir por 15 mil pesos. El supuesto Cruzaley agrega: “Tenemos eso como el as en la manga”. A partir de la hoja dos ya no identifican quién dice qué. Para separar las voces intercalan la palabra “intervención”. En la página 9, alguien señala que los beneficiarios van a escogerse donde anda floja la cosa. “Sobre esos nos vamos”, dice.

Estos errores le quitaron credibilidad a la “bomba” e hicieron al diputado tricolor Guillermo Ruiz de Teresa soltar con espontaneidad: “Somos unos pendejos”.

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