Tremendo estreno el que tuvo Gina Domínguez Colio como responsable de la recién renombrada Coordinación General de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Veracruz y vocera oficial, al tener que informar a la opinión pública sobre el descubrimiento de 32 nuevos muertos en distintas casas de seguridad en el puerto de Veracruz y Boca del Río.
Apenas esa semana el Congreso del Estado a través de la mayoría priista aprobó la iniciativa del gobernador Javier Duarte de Ochoa para hacer el cambio de nombre a la que era denominada como Dirección al de Coordinación General de Comunicación Social.
Cambio de nombre, pero no de fondo, porque las funciones y atribuciones encargadas a la dependencia son las mismas, ya que en apariencia lo que se hace es nada más modificar –una vez más- el nombre de la dependencia, que en resumidas cuentas, es la responsable de informar sobre las acciones y programas del gobierno estatal.
Con la circunstancia –no contemplada en el cambio a la ley de la administración pública estatal- es que el gobernador Javier Duarte de Ochoa decidió nombrar a Gina Dominguez Colio como Vocera Oficial para dar a conocer las versiones del gobierno evitando caer en contradicciones con otros funcionarios, como ocurrió recientemente con las declaraciones de hiciera el “hasta ahorita” procurador general de justicia Reynaldo Escobar Pérez.
La media de nombrar una Vocera Oficial Única, es una buena medida, recomendada por los especialistas en manejo de situaciones de crisis, como la que se vive en la entidad, ya que se evitan –entre otras cosas- versiones diferentes sobre un mismo hecho.
Pero hay que anotar también, que la o el Vocero Oficial, debe de contar con información suficiente y conocimiento del asunto que se trate, porque de otra manera se caerá irremediablemente solamente en la negación de los hechos por desconocimiento, lo que traerá aparejado la caída en la credibilidad en la opinión pública.
En el caso más reciente, el descubrimiento de 32 muertos en casas de seguridad en Veracruz y Boca del Río el día de ayer y la presentación de los autodenominados “matazetas” por parte de la Secretaría de Marina Armada de México, evidencia que al menos en estos dos casos, el gobierno del estado, aparentemente no tenía información oportuna para compartir por tratarse de un operativo de inteligencia de la naval o en el peor de los casos, tenía la información, pero no quería que se comunicara.
Muy reveladora resultó la entrevista que este viernes por la mañana hizo la periodista de MVS Carmen Aristegui a la vocera oficial del gobierno del estado Gina Dominguez, quien entre otras cosas, afirmó que hasta en la noche se obtuvo la información de los macabros hallazgos, cuando que la Secretaría de Marina reportó que personal de infantería acudió a un domicilio ubicado en el fraccionamiento Jardines de Mocambo, “donde ya se encontraba personal de la Policía Estatal”, que informó a los elementos navales del hallazgo de 20 cuerpos sin vida en el interior de la vivienda, los cuales ya habían sido retirados por agentes del Ministerio Público del fuero común.
La credibilidad se obtiene con veracidad en la información, porque pretender ocultar lo que ya es público y notorio, -más ahora con la instantaneidad en la noticia a través de las redes sociales- solamente provoca una falta de aceptación y en consecuencia el fracaso en la tarea encomendada.
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