La historia en breve
Ciro Gómez Leyva
El PRI madrugó ayer con un desplegado para hacer creer que la reforma política que se aprobaría por la tarde y noche en la Cámara de Diputados era obra suya. Marcó con un SÍ estas propuestas:
• Candidaturas independientes sin restricciones
• Iniciativa ciudadana
• Consulta popular
• Reelección legislativa, a consulta popular
• Ratificación de comisionados de órganos reguladores del Estado
• Iniciativa preferente
• Integración de la Asamblea Legislativa del DF
• Sustitución del presidente de la República en casos de falta absoluta
• Toma de protesta del presidente de la República ante el presidente de la Suprema Corte de Justicia
Si de un ejercicio de honestidad se tratara, el PRI debió haber marcado con un NO al menos estas otras propuestas, que rechazó:
• Reelección consecutiva de legisladores
• Reelección consecutiva de presidentes municipales
• Reducir en 100 el número de diputados
• Reducir en 32 el número de senadores
• Revocación de mandato
• Subir a 4 por ciento el mínimo de los votos para que un partido conserve su registro
• Reconducción presupuestal por parte del Poder Ejecutivo
• Facultar a la Suprema Corte de Justicia para promover iniciativas de ley
“Que quede claro que todo eso se lo quitó el PRI”, nos dijo el secretario de Acción de Gobierno del PAN, Juan Molinar. “La reforma política está mocha por el PRI. Porque el PRI, aunque se vista de seda, dinosaurio se queda”.
Difícil rebatirlo, porque, en efecto, nos quedamos con una reforma política mocha.
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