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Veracruz


La respuesta del gobernador Javier Duarte a esta espiral de violencia sería cómica si no se tratara de una tragedia: encarcelar a dos twitteros, acusados de terrorismo. En el caso de estos “criminales cibernéticos” la justicia se impartió a una velocidad impresionante.

Ana Paula Ordorica

Como si el horno estuviera para bollos, tenemos un nuevo foco rojo en el estado de Veracruz.

Reos fugados en multitud; cuerpos regados como bolsas de basura que no pasa a recoger el barrendero; mantas que amenazan a quienes se alíen con los malos (¿de verdad hay forma de saber quiénes son los malos en esta historia?) y una banda que se autodenomina Los Matazetas que se expone en videos casi como autoridad, primero para informar quiénes son y, posteriormente, con el fin de  pedir disculpas por los 35 cuerpos aventados debajo de un paso a desnivel.

Para entender lo sanguinarios que son estos matazetas, no hace falta más que poner su nombre en Google y ver las imágenes que arroja el buscador. Sangre, muertos, mensajes en rojo.

También se pueden consultar sus videos en YouTube.

Pero más allá de poder tener ya este contacto con la violencia, contacto con sólo apretar un botón en la computadora, la respuesta de las autoridades locales es la que no tiene desperdicio y la que en gran medida explica por qué estamos como estamos.

La respuesta del gobernador Javier Duarte a esta espiral de violencia sería cómica si no se tratara de una tragedia: encarcelar a dos twitteros, acusados de terrorismo.

En el caso de estos “criminales cibernéticos” la justicia fue de una velocidad que sería excelente ver que se aplique para Los Matazetas, por ejemplo.

Pero así son las cosas. El hilo revienta por lo más delgado.

A la cárcel quienes ataquen con sus computadoras. Los demás, los que decapitan, quienes avientan los bultos, los que aterrorizan en verdad a la sociedad, son lo de menos.

También fue muy veloz Duarte para cuestionar a los reporteros que acudieron al lugar de los hechos de un segundo tambache de 14 cuerpos. ¿Quién los vio? Fue la amedrentación de Duarte.

Recibo un correo de un lector de Coatzacoalcos, Anthony Williams, indignado por la respuesta que ha tenido el gobernador Javier Duarte ante lo alarmante de la situación en Veracruz.

Williams parafrasea a Duarte, cuya reacción ante los 35 cuerpos arrojados en Boca del Río fue prácticamente decir que, quien mal elige, mal acaba, para describir lo que les está pasando a los veracruzanos: eligieron mal a la hora de votar… y así les está yendo.

Ese es el sentir de uno, ¿o más?, veracruzanos.

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