Más allá de servir como testigos de honor en el hermanamiento de las ciudades de Xalapa y Toluca, la visita del todavía gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto a la capital del estado próspero de Veracruz, fue para establecer un acuerdo de apoyo político para la contienda electoral presidencial que se avecina.
Aunque oficialmente fue una visita para establecer toda clase de intercambios, aunque nunca se especificaron en que consisten esos intercambios, lo cierto es que Peña Nieto vino acompañado de su esposa, para “amarrar” el apoyo del gobernador Javier Duarte de Ochoa a su campaña ya próxima a iniciar “en una semanita más”.
Con este acuerdo, se estarían “sepultando” las aspiraciones políticas del ex gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán por llegar a ser el candidato presidencial del PRI.
Cosas de la vida y la política, Javier Duarte de Ochoa al ofrecer todo su apoyo al eminente candidato presidencial, está enterrando las aspiraciones de su ex maestro y protector, a quien le debe el cargo, pero al apoyar desde ahora y hacer alianza con Peña Nieto está asegurando que en el futuro, pueda tener una respuesta recíproca, cuando el mexiquense llegue a despachar en Los Pinos.
¡Muerto el Rey Fidel, Viva el Rey Peña Nieto!
Ese apoyo ilimitado hacia Enrique Peña Nieto, se empezó a sentir y ver, por el hecho de que el evento fue transmitido “en vivo” luego de varias horas de esperar al mandatario mexiquense, lo que naturalmente no fue gratuito, tiene un costo y pago económico muy alto, pero esa es otra historia, diría Nana Goya.
Mientras tanto, los veracruzanos que pensábamos que ya nos habíamos salvado del color rojo por todos lados, debemos de prepararnos para volver a verlo por todos lados, empezando por la capital Xalapa, que luego del hermanamiento, seguramente habremos de poder disfrutar de los famosos chorizos rojos de Toluca.
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